LOS ARGENTINOS

Estar de intercámbio es mucho más que aprender una lengua, su acento. Es, además de eso, conocer los procesos culturales del pais en que se está viviendo. En esta semana, el asunto principal en toda la nación del antiguo Reino de la Plata fue "Las Malvinas". Impresiona la forma como este tema es mencionado por los argentinos. Muchos de ellos piensan que lo que pasó, pasó. Muchos piensan que la guerra es más de una de las maldades que el gobierno hace al pueblo. Gran parte de la población quiere las islas - sólo por querer, porque piensa que es suya por derecho. La mayoria se calla frente al tema; la mayoria tiene algo de que hablar sobre el tema - y hablan con un poder de conocimiento. Además de eso, todos los vehículos de información dieron mucha énfasis al asunto: músicas, poemas borgianos, fotos, carteles... todo en las calles denunciaban algo que no miramos en Brasil. Acá las cosas son como el tango: apasionadas y trágicas. A veces más trágicas, a veces más apasianadas.



Juan López y John Ward

(Jorge Luis Borges)

Les tocó en suerte una época extraña.
El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte.
Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

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